DE NOSTALGIAS PURAS
Te miré con todos mis ojos,
te atravesé todas las heridas,
te amé con todos mis perdones,
te destrocé con toda inocencia.
Te fui... te dejé,
me dejaste con tantas preguntas,
y yo, en el sumario de mis amores,
empecé a escribir tu nombre.
Quizás descubres que te amo
al ver que nunca te quité a quien amabas.
Aunque en la sombra también brillé en tus ojos,
y bailé en tus manos sin objeción alguna,
y vibré en tu ser sin ningún recelo,
aun sabiendo que no eras mía, ni de él, ni de nadie.
Aun así, en este iluso aire que es el amor,
de aroma embriagante, estrambótico e imparable,
volé para hacerte mía, imaginarte mía y quererte mía.
Miré hacia el futuro con la muerte en la meta,
y aun así, fuiste mía para siempre,
aunque ya no estés, aunque el "siempre" tenga sombra que se lo trague.
Aunque un mundo sin respuestas exista o no exista
después de esta vida y de esta muerte,
recuerda que te miré con todos mis ojos,
y tú me miraste también todas mis mentiras,
y así me amaste, y no dejo de amarte,
aunque sude en otras pieles, aunque bese otros ojos con mi mirada.
¿Y de qué quejarme?,
si el amante siempre será eso,
el que toca en las sombras prohibidos placeres,
cumple en silencio oscuros deseos,
ejecuta al ritmo perfecto el pecado que no debe contarse,
y ama en secreto sin confesarse.
